Quiero partir con un disclaimer (es decir, voy a partir excusándome):
Me cargan los clichés.
Y hay pocas cosas más cliché que escribir un post hablando sobre Hábitos Atómicos, el libro del 2018 sobre formación de hábitos que leyó y recomendó todo el mundo.
Aún así, hoy lo haré.
Porque aunque sea trillado y un poco cringy seguir hablando de hábitos en 2024, es un tema que nunca va a perder relevancia. De hecho, hasta Aristóteles hablaba de la importancia de los hábitos en su ética de las virtudes.
Porque si hay algo que explica los resultados en tu vida, son las cosas que haces todos o casi todos los días. Es decir, los hábitos.
Hay una idea sobre formación de hábitos que encuentro que pasó muy desapercibida en Hábitos Atómicos, pero en la que yo no he parado de pensar desde que lo leí. Y en realidad no es solo una idea, es una herramienta que me sirve para:
Desarrollar nuevos hábitos.
Mejorar los que ya tengo.
La idea se resume en esta linda frase: “Hay que instituir primero, y optimizar después.“
Cómo aplicarlo
Cuando queremos desarrollar un hábito nuevo, todos tropezamos con la misma piedra: nos complicamos demasiado.
El típico ejemplo es cuando queremos empezar a hacer deporte e inventamos mil excusas: “es que no tengo la ropa apropiada, es que tengo que buscar clases, es que tengo que tomar suplementos”, bla, bla, bla.
Como si para partir algo hubiera que hacerlo perfecto. Intentamos optimizar algo que ni siquiera hemos comenzado a hacer.
Acá es donde tenemos que recordar una palabra clave: instituir. Según la RAE: “Establecer algo de nuevo, darle principio.“
Para adquirir un hábito nuevo, hay que partir por establecerlo. Y como bien nos dice Hábitos Atómicos, hay que hacerlo simple. Hacerlo en su versión más básica. Aunque sea absurdamente sencilla.
Porque primero tienes que instituir el hábito, y recién ahí ir puliéndolo, optimizándolo.
Te cuento un ejemplo personal en que lo apliqué hace poco. Después de mi período sabático, llevaba varias semanas durmiendo muy mal, y entré en el típico ciclo en el que te acuestas tarde → duermes mal → te despiertas tarde → te atrasas con el trabajo y cosas de la vida → te acuestas tarde → repetir.
Siempre he sido bastante malo para levantarme temprano consistentemente, aun cuando tengo clarísimo que es mucho mejor para mi productividad y mi calidad de sueño (y de vida).
(De hecho, en mi blog antiguo escribí un post contando una de las técnicas que mejor me ha resultado.)
Quería romper el ciclo, y tuve varios intentos infructuosos de levantarme temprano, pero no lo lograba. Mi problema era que estaba siendo demasiado ambicioso con lo que me estaba proponiendo: en mi mente quería despertarme a la primera, ducharme, tomar mi proteína y sentarme a trabajar.
Era imposible. Con solo pensarlo cuando sonaba el despertador, prefería seguir durmiendo y volvía a acostarme.
Después de varios fracasos, cambié el enfoque y me concentré en instituir primero. Me dije: “me voy a levantar todos los días a la misma hora. Pero en vez de tener una rutina productiva, voy a hacer cualquier cosa que me mantenga despierto.”
Los primeros días, me levantaba, me sentaba como zombie frente al compu y me ponía a leer el diario, ver LinkedIn o cualquier otra cosa. Básicamente la rutina menos productiva que se puede tener. Casi un anti-hábito.
Y no era lo ideal. Pero al menos estaba levantado a la hora que tenía que levantarme. Estaba instituyendo.
Fueron pasando los días, y de a poco mis mañanas fueron mejorando. Cada día era más fácil levantarme e introducir pasitos que hicieran de mi mañana un poquito mejor. Como ya había instituido, ahora podía empezar a optimizar.
Y ahora, he llegado al punto en que me levanto, hago 100 flexiones de brazos, me ducho con agua fría, me miro fijamente al espejo y digo “voy a ser millonario a los 25”. Luego comienzo mi día como un triunfador.
Mentira, jajaja. No soy de esos (de partida porque tengo 30). Pero mis mañanas han mejorado mucho. Levantarme todos los días de la semana a la misma hora ya es para mí casi un milagro.
Y mirando al pasado, he usado esta técnica muchas veces en mi vida. Dos ejemplos más:
Cuando empecé ir al gimnasio, me enfocaba en hacer solo UN ejercicio bien: abrir la puerta del gimnasio tres veces por semana. Lo que pasara adentro del gym, ya era un bonus. Después de tener ese ejercicio dominado, empecé a buscar mejores rutinas, quedarme más rato, etc.
Cuando empecé a escribir, no conseguí buenos resultados hasta que me enfoqué en sentarme a escribir 5 minutos todos los días, sin falta. No todos los días escribía algo que valiera la pena, pero al menos me sentaba a escribir. Después de hacerlo decenas de veces, pasé de “escribir cualquier cosa” a “escribir sintiendo que tengo alguna idea de lo que estoy haciendo”.
Recapitulando
Si estás luchando por desarrollar algún nuevo hábito, probablemente estás complicándolo mucho.
Busca una forma sencilla de hacerlo y preocúpate por instituir primero, y optimizar después.
Espero que te sirva como me ha servido a ti.
Pregunta para ti
Hace tiempo que no hacía esta sección. Solo porque se me había olvidado.
Esta es una pregunta para que reflexiones y me cuentes cómo te va:
¿Hay algún hábito que se te esté haciendo muy difícil? ¿Cómo podrías instituirlo en alguna versión absurdamente simple?
Contesta a este correo para contarme, o
Colofón
Muchas gracias por leer esta edición.
Si te gusta lo que hago ¿me echas una mano compartiéndolo con alguien que le pueda gustar? Dile que me dé una chance y se suscriba. Que soy tu blogger favorito. (Quizá eso último, reste más que sumar, pero se entiende la idea).
Me gustaría que más gente me lea y forme parte de esta comunidad. Entre todos, la podemos hacer crecer de a poquito.
Gracias a quienes comparten. Y también a quienes leen, dan me gusta, comentan, o interactúan con esto de cualquier otra forma.
(Excepto a los que se desuscriben, esos me caen mal).
Hasta el próximo domingus.
– Francis
Hola Francisco, muchas gracias por tu post!
Pienso que la idea tiene una forma simple, pero un fondo complejo, que requiere que le demos más de una vuelta para poder aplicarla.
Creo que se nos hace difícil aceptar que lo haremos mal al comienzo o no al nivel que esperamos (como comenta Nico arriba con los "noob") y es clave reflexionar sobre esto para tener la disposición de ser un principiante e instituir.
Saludos!
Nada es peor para hacer que tener que lograrlo perfecto a la primera, o cumplir todos los checkbox de una
Creo que tiene harto que ver con esa vergüenza de verse noob haciendo algo. Pero hasta el más mamado del gym alguna vez no supo hacer un peso muerto, hay que empezar y meterle consistencia