El estoicismo es la filosofía de moda.
De hecho, se puso tan de moda que se trilló y ahora citar a Marco Aurelio se transformó en un red flag de supuestos gurúes o coachs de internet que te venden cursos online para optimizar tu vida o desatar tu potencial primal.
Es una pena, porque el estoicismo es una filosofía muy bonita.
Así que igual te voy a contar de ella.
Y después te voy invitar a comprar mi nuevo curso, para que puedas ser tu propio jefe aplicando los 10 secretos del estoicismo – broma.
Qué es el estoicismo
El estoicismo es una escuela de filosofía antigua que se puede resumir en esta propuesta:
Nada es bueno ni malo por sí mismo.
Tú decides cómo interpretas las cosas que te pasan.
Un ejemplo:
¿Te tocó un jefe nuevo que vale hongo?
Puede ser lo peor que te ha pasado en la vida, un porrazo tremendo en tu carrera.
O puede ser una oportunidad para practicar la perseverancia y recordar que tienes más vida además del trabajo.
Según el estoicismo, tú decides.
Nunca escoges lo que te ocurre, pero siempre puedes decidir cómo reaccionas ante ello.
Y según los estoicos, para vivir bien no necesitas que te pasen cosas buenas. Solo aprender a reaccionar correctamente ante cada cosa.
Quizá estás pensando: “Wait, pero esto que me estás contando es pura autoayuda…”.
Y la verdad es que sí. El estoicismo es el “Weona tu podí” del imperio romano, porque la filosofía antigua – en parte – tiene mucho en común con lo que hoy conocemos como autoayuda.
Eso sí: es mucho más fácil hacerle caso a un emperador romano que a un coach de internet.
Cómo aplicar el estoicismo a tu vida
Cuando haces un esfuerzo por interpretar las cosas que te pasan con una luz positiva, el estoicismo te abre varias puertas. Estas son algunas:
En cada desafío, una virtud. Aunque nos cueste verlo, en cada evento adverso hay una oportunidad para mejorar en alguna cualidad. Para cada cosa que te pase, piensa qué virtud te ayudará a trabajar. Solo hacerlo, cambiará tu disposición y será un gran primer paso.
Perdona o enseña. Siempre te vas a topar con gente que te desagrade. Para los estoicos, tenemos solo dos opciones para enfrentarlos: perdonarlos por ser como son, o intentar enseñarles a ser de otra forma. Dejar que te amarguen la vida NO es una opción.
El momento es ahora. Los estoicos recordaban siempre que la vida puede acabarse en cualquier momento. Por esto, no hay excusas para no hacer el bien hoy mismo. Así que no sigas dándole vueltas a cómo podrías mejorar en el futuro: comienza ahora.
De alguna forma u otra, siempre puedes encontrar cómo aplicar el estoicismo en tu vidal
Como escribió Marco Aurelio, hay que buscar la “imperturbabilidad respecto a cuántas cosas procedan de una causa externa y justicia en las que acaecen por causa tuya”.
En simple: hacer el bien y aceptar felizmente cuando algo sale mal.
Para reflexionarss
En esta parte te dejo una pregunta para filosofar durante la semana:
Si estás pasando por algo desafiante en tu vida, ¿puedes reinterpretarlo como una oportunidad para trabajar alguna virtud?
Cuéntame cómo te va con esto.
ἔρευνα
(Encuesta, en griego antiguo).
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Notas
El libro más típico para partir aprendiendo sobre estoicismo son las Meditaciones de Marco Aurelio. Hace un par de años escribí este artículo con harto detalle sobre las ideas principales del libro y con hartas citas también.
Por supuesto, el estoicismo también puede tener argumentos en contra, de los cuales me gustaría contarte en el futuro.
Palabras al cierre
Sexta edición ya. Como pasa el tiempo.
Muchas gracias por escoger leer estas palabras, entre tantas otras que hay dando vueltas por ahí.
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Hasta el próximo domingo.
– Francis
Hola Francisco!
Desde la columna pasada que pienso en escribirte, porque no me había planteado la posibilidad de estar preparada ante la clásica pregunta sobre la vida actual (siempre las respuestas son incompletas y torpes). Pero esta columna me gustó mucho! Me reí un montón y eso es lo que más valoro en estos días. Y también agradezco la oportunidad de darle un break a la pereza (no digo que responder sea una virtud, pero algo es algo). Saludos y muchas gracias! Carla