Cuando era más joven pensaba que para ser una persona sociable, lo que necesitaba era tener siempre algo inteligente o divertido que decir. Mi lógica era que después de que yo dijera esas cosas, nacería una profunda y memorable conversación con cualquier interlocutor.
Por eso, cuando me quedaba a solas con algún desconocido o no tan conocido, me entraban los nervios:
“¿Qué chucha le puedo decir?” – me solía preguntar en medio del silencio incómodo.
Mientras más pensaba en decir algo interesante, menos se me ocurría y más insalvable se volvía la conversación. Un fracaso.
Me costaba tanto esto, que por un largo tiempo me asumí como persona tímida o mala para conversar.
Con los años descubrí que lo que me estaba fallando era el enfoque. También aprendí que hay un principio casi infalible para tener una conversación interesante con cualquier persona, uno que no requiere grandes ocurrencias.
Hoy te quiero contar sobre ese principio y de paso, hablar sobre el libro en el cual lo aprendí.
Porque no es cualquier libro, es uno un poco controversial.
¿Un libro para psicópatas?
How to win friends and influence people o Cómo ganar amigos e influir sobre las personas es uno de los libros más vendidos de todos los tiempos, y se ha editado incontables veces desde su primera edición en 1936.
Sí, es más viejo el hilo negro – como decía mi abuelita. De hecho tiene casi la misma edad que mi abuelita. Y además, es un libro que genera opiniones muy adversas.
Para algunos, es un clásico de la literatura de autoayuda. Indispensable para quienes quieran mejorar sus habilidades interpersonales dentro y fuera del trabajo.
Uno de estos fanboys es el magnate Warren Buffet, que tomó uno de los cursos del autor del libro cuando tenía 20 años (hoy tiene 93) y hasta el día de hoy tiene el diploma colgado en su oficina.
Para otros, es un libro para manipuladores y psicópatas que promueve un enfoque deshonesto para relacionarse con los demás. Demás está decir que su título ha envejecido súper mal y hoy resulta casi macabro.
El mito urbano dice que era uno de los libros favoritos de Charles Manson, criminal y líder de secta, condenado por organizar al menos menos 7 homicidios.
Si te interesa profundizar en las ideas del libro, puedes echarle un ojo a este podcast que hice hace tiempo:
Personalmente, mi opinión es que la verdad está en el medio. Es sin duda un libro con técnicas y consejos que te hacen un mejor conversador y comunicador. Si tienes malas intenciones o eres deshonesto usando estas técnicas, lamentablemente para los demás, probablemente también podrás hacerlo.
Si llevas un tiempo leyéndome, no te sorprenderá esta postura. Soy amarillo. De todas formas, creo que es un libro que no deberías pasar por alto si sientes que te aprieta el zapato en esta área.
A mí me sirvió bastante. Especialmente para ser un mejor conversador. Ahora te cuento cómo.
Un interés genuino
Como te conté al principio, pensaba que para tener el don de conversar con cualquier persona, había que tener cosas bacanes que decir o historias interesantes que contar.
Pero lo que tenía que hacer era justo lo contrario: tener cosas que preguntar e historias que escuchar.
El libro lo resume en este aforismo:
Demuestra un interés genuino por los demás.
Eso. No es ningún truco secreto, es simplemente interesarte por los demás: tratar de comprender quiénes son, qué les gusta hacer o qué les preocupa. Descubrir las historias que tienen para contarte.
Al 99% de las personas nos gusta cuando nos preguntan por nuestra historia o nuestros intereses.
Por esto, lo más interesante que puedes decirle a otra persona, no es algo sobre ti, sino algo que le invite a hablar. De esta forma, ser un buen conversador implica convidar al otro a hablar, no hablar mucho tú.
(Qué desagradables son esas personas que hablan y hablan de sí mismas y no dejan a hablar a nadie más – quizá debería escribir una edición solo de eso.)
Para aplicar este principio, tus mejores amigas serán las preguntas. Como por ejemplo:
¿Cómo llegaste a trabajar acá?
¿Cuál es el origen de tu familia?
¿Cómo conociste a tu pareja?
Etc.
Algo que no hay que pasar por alto: este interés debe ser genuino. Todos nos damos cuenta cuando nos hacen un halago deshonesto y no es agradable. Descubre lo que genuinamente te interesa de la otra persona y pregúntale por ello.
Y por supuesto, no basta con preguntar si no escuchas activamente. En este mundo lleno de ruido, la escucha activa es una gran muestra de aprecio. Para ser un mejor conversador, pon atención exclusiva cuando te hablen.
A mí por lo menos, todavía no deja de sorprenderme la enorme diferencia que esta práctica ha tenido en mi relación con los demás. Así que si estás buscando una sola cosa que cambiar para empezar a ser más sociable, creo que también te va a servir.
Para hacer la pensación
Una pregunta para ti:
¿Sientes que te faltan herramientas para ser un mejor conversador? ¿Crees que hacer más preguntas te podría ayudar?
Cuéntame qué opinas respondiendo a este correo, o mejor:
Colofón
Esta fue una semana verdaderamente caótica. Comenzamos a emprender (te juro que te cuento más en la próxima edición), tuve un matrimonio, un viaje fuera de Santiago, hice stand-up sin haberlo planificado, etc. Pero sobreviví.
Logré llegar con este artículo que es una reinterpretación de otro que ya había escrito en 2020. Esa edición se envió a 33 personas, así que con muy alta probabilidad, tú no la leíste y por eso me sentí libre de resurgirla.
Aparte que “aprender a escuchar” es uno tema que me apasiona. Yo necesito recordármelo constantemente, y creo que no soy el único.
También, re-escribir artículos tiene algo interesante: me permite compararme con mi yo del pasado, ver cómo a mutado mi estilo, y descubrir qué tanto sigo practicando las cosas que predicaba en ese entonces. En este caso, fue un lindo y necesario recordatorio.
En fin.
Muchas gracias a toda la gente que leyó la edición anterior. Más gracias a quienes se tomaron el tiempo de dejar un comentario buena onda. Si te lo perdiste, esta es:
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Hasta el próximo domingo.
– フランシス
Gracias Francis! Interesante el título del libro, no lo había escuchado. Creo que es un buen tip para la conversa. Quería proponerte un tema para escribir ahora que estás haciendo stand-up: el humor. Me imagino que habrán algunos libros y todo, pero me gustaría leer sobre tu experiencia en los factores que definen lo gracioso y lo que no. Para pensar! Un abrazo :)
Tienes razón con eso de las historias. De hecho, cada vez que quiero entrar a una conversación comento alguna historia. Además, soy cuentacuentos así que se me hace fácil. Nunca lo había sospechado.