Mientras más escribo, más me doy cuenta de lo valioso que es hacerlo bien.
Escribir bien es un súperpoder. Te hace más persuasivo, efectivo, mejor comunicador e incluso, creo que más inteligente.
También te distingue: el mundo está repleto de textos horriblemente escritos.
Y no porque tengan faltas de ortografía o errores gramaticales. Estos son elementos decorativos. Como la pintura de una casa, no sirve de nada si están mal hechos los cimientos.
Los textos mal escritos fallan estructuralmente: no van al grano, no hay una intención clara y no provocan emoción.
Por suerte, en mi experiencia, escribir bien es más ciencia que arte. La escritura efectiva tiene elementos que se pueden aprender y aplicar con disciplina. Principios que sirven para escribir mejores WhatsApps, cartas de amor, post de LinkedIn, páginas webs, o lo que te toque.
Hoy te quiero contar sobre cuatro fundamentos que he aprendido con el tiempo y práctica. Para que puedas aplicarlos tú también.
1. Ten claro qué quieres
La mala escritura parte por una falta de claridad. Es lo que pasa cuando quien escribe no tiene idea de qué emoción o acción quiere provocar en quien lee.
A todos nos ha pasado que recibimos un correo gigante donde nos piden 80 mil cosas distintas. Y cada pedido está escondido en distintos párrafos. Así, es difícil hacer caso, aunque tengas ganas.
Si escribes un post, correo, página web o similar, intenta que la acción que esperas de quien lea sea una sola. Y que sea muy clara. También piensa: cuál es la emoción que quiero provocar, que llevará al lector a esta acción: ¿es sorpresa? ¿enojo? ¿intriga?
Formarte el hábito de pensar lo que quieres producir en el otro al escribir te hará un mejor comunicador en general. Eres más efectivo cuando sabes lo que quieres.
2. Menos es más
Básicamente: “no aclares que oscureces”.
Siempre que escribas la primera versión de algo: suelta la pluma y deja que salga todo lo que tienes que decir. Aunque sea desordenado y repetitivo. Déjate llevar.
Cuando termines, ponte en modo destructor e intenta reducir todo a menos de la mitad. Que tu texto llegue a su mínima expresión:
Intenta que cada párrafo transmita solo una idea.
No alargues demasiado las frases. Y por favor, no hagas párrafos gigantes sin puntos seguidos.
No digas lo mismo dos veces. No expliques algo “en otras palabras”. Mejor intenta que “las primeras palabras” sean las correctas.
Evita
usar expresiones redundantesredundancias.Borra adjetivos y adverbios
extremadamenteinnecesarios.
Como te comenté en otra edición, los humanos tenemos una aversión a la pérdida terrible: nos da susto perder aquello que ya tenemos. Esto perjudica nuestra escritura también.
Por ejemplo, siempre me encuentro con algún párrafo que “TENGO que dejar”. Después de un par de revisiones, me atrevo a borrarlo y me doy cuenta de que era prescindible. Y si alguien termina necesitando la explicación que tenía ese párrafo, probablemente te la va a pedir igual.
En este ítem, la inteligencia artificial es de gran ayuda. Usa ChatGPT o la herramienta que te guste más, con indicaciones de este tipo:
¿Cómo se puede acortar este texto?
¿Cuáles son las partes redundantes de este texto?
¿Qué adjetivos o adverbios se pueden borrar?
A mi juicio, las aplicaciones con IA son pésimas escribiendo, pero espectaculares editando. Sácales el jugo.
3. Engancha y persuade desde la primera palabra
Si quieres que una persona te lea, tienes que llamar su atención. Y tienes que hacerlo con ganas: estás compitiendo contra un universo de distracciones.
Según lo que estés escribiendo, tendrás un par de párrafos o una sola frase para captar la atención del lector. Y en ese espacio tienes que jugártela como si fuera el último minuto del partido.
Tu única misión al principio de un texto es convencer al lector de que necesita leer el resto. De que no puede perderse el final.
Para conseguir esto necesitas empatía. Pensar: ¿qué le interesa al otro? ¿cómo puedo hacer que esto sea interesante para ella?
Estas son algunas de las estrategias que puedes usar para lograrlo:
Comienza por el final de la historia → “Nunca pensé que terminaría haciendo esto.“
Plantea una pregunta o enigma que responderás al final → “Como conseguí cambiar mis hábitos de sueño.“
Haz una afirmación osada (que puedas probar) → “Esta aplicación me hizo escribir 2 veces más rápido”.
Explica directamente el valor que entregarás → “Te voy a enseñar principios para escribir mejor.“
4. Escribe como hablas
Estamos inundados de lenguaje corporativo. A nadie le gusta, pero igual el 90% de las personas lo sigue usando. Mira estos dos ejemplos:
En Empresita SA, la calidad del servicio es una prioridad fundamental que impregna cada aspecto de nuestra operación. Nos comprometemos a superar las expectativas del cliente, ofreciendo un nivel de excelencia que refleje nuestra dedicación inquebrantable a la satisfacción del cliente.
*Bostezo*. Dejé de leer a la mitad de la primera frase.
Compáralo con esto:
En Empresita, nos obsesiona darte la mejor atención posible. Pruébalo. No vas a poder creer lo bueno que es nuestro servicio.
¿Mucho mejor o no? Corto y directo.
Las personas quieren hablar con personas, no con empresas. Evita escribir algo que no dirías conversando con un amigo – o al menos con un conocido.
Parte de nuestra necesidad de usar palabras pretenciosas viene del colegio o universidad, donde te ponían nota por sonar inteligente. Hay que desprenderse de ese mal hábito. La verdadera inteligencia está en la sencillez y claridad.
Por supuesto, no hay que olvidarse del contexto, a veces es necesario escribir en un registro formal. Pero una cosa es solemnidad y otra somnolencia. No hay buenas excusas para escribir como un robot corporativo.
Eso sería (por ahora)
Con esos cuatro principios creo que está bien para partir. Aunque tengo varios más.
Si quieres que haga la parte dos, deja un “me gusta”. Si llegamos a 40, la hacemos al tiro para la próxima semana.
Colofón
Esta semana no tengo mucho que contar. He estado súper enfocado en el trabajo. No lo digo como queja, sino como constatación de que he tenido en pausa otras cosas.
Algo interesante que pasó esta semana es que hicimos esta web donde puedes ver cuántas mascotas (en Chile) se llaman igual que la tuya.
Fue todo un éxito, en una semana lo usaron casi 10 mil personas.
Muchas gracias por acompañarme este domingo. Si lo que escribo enriquece tu vida de alguna forma, la mejor forma de apoyarlo es compartiéndolo con alguien. Usa tu enlace personalizado, bajo este botón:
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Hasta el próximo domingo.
– Francis
Que buena edición, Francisco. Muchas gracias por el contenido de cada semana. Saludos!
Excelentes consejos.