Steve Jobs: “Okey people, la importancia de este brainstorming, es aumentar los leads, hacer un call to action, mejorar el networking, marketing one-to-one y sobre todo, tener un buen brief”
Empleado: ¿No entiendo, no es más fácil que hable en español?
Steve Jobs: Te recuerdo que así hablan los exitosos.
Y nosotros… queremos ser… exitosos.
– Extracto de un video parodia del canal Doblao (YouTube).
Hoy quiero reflexionar sobre los anglicismos. ¿Es malo usarlos? ¿Por qué hay gente que los odia tanto?
Un anglicismo es una palabra o forma de hablar que se toma prestada del inglés. Por ejemplo:
Cuando decimos que nos vamos a tomar un break en vez de una pausa, estamos usando un anglicismo.
Cuando decimos que algo no nos hace sentido, en vez de decir que no tiene sentido, también. (Hacer sentido, es una traducción directa de make sense.)
Me sorprende lo común que es toparse con gente que odia los anglicismos. Diría que algunas personas casi que basan su personalidad en despotricar contra ellos, y corregir a otros para que no los usen.
“Acá estamos en Chile y se habla español” – Me dijo un conserje el otro día, cuando le dije que andaba repartiendo flyers de mi empresa. Luego empezó a darme la lata, explicándome por qué la palabra correcta era volante.
También me topé el otro día con un post una publicación de LinkedIn que hacía alusión al mismo tema, con cientos de reacciones y comentarios a favor.
En varios de estos casos, creo que estamos en presencia de lo que Freud llamaba narcisismo de las pequeñas diferencias: esa necesidad que tenemos de diferenciarnos de los demás aunque sea con pequeñas cosas irrelevantes.
No obstante, también creo que bajo la superficie hay una conversación importante sobre los idiomas y cambios culturales.
¿Tiene razón la gente al enojarse por usar palabras del inglés? ¿Es mejor usar palabras en español que palabras prestadas de otros idiomas?
Acompáñame en este breve viaje lingüístico para descubrirlo.
¿Qué tan puro es el español?
Un idioma tiene dos tipos de palabras:
Las patrimoniales, que existen en la lengua desde que esta se formó.
Los préstamos, palabras que se toman de otra lengua. (Como los anglicismos)
Acá hay un dato muy importante que tenemos que tener en cuenta. El español está repleto de palabras préstamo. Según la fuente, puede variar entre un 25% y un 75%.
Muchas de las palabras que usamos en el día a día son préstamos. Algunas son tan cotidianas y llevan tantos años siendo parte del español estándar, que se nos olvida que lo son. Pero lo son.
Palabras como café, fútbol, alcohol o piano, son todas importadas, en distintas épocas de la historia de nuestro idioma. Un préstamo que me gusta mucho es la palabra cancha, que usamos en Latinoamérica para referirnos al campo de juego. Este es un préstamo del quechua, uno de los idiomas nativos de América.
Más encima, algo que mucha gente no sabe del inglés, es que más de dos tercios de su vocabulario vienen del latín. Entonces, cuando tomamos un préstamo del inglés, ¿estamos tomando del inglés o del latín, nuestra lengua madre?
Teniendo esto en cuenta, molestarse porque tomamos palabras prestadas del inglés, pareciera no tener mucho sentido.
Aunque quizá lo que molesta no son los préstamos. Si no que tomemos tantas palabras del inglés. Especialmente, cuando estas tienen una traducción en español. ¿Por qué hacemos esto?
¿Por qué tomamos tantas palabras del inglés?
El idioma inglés domina económica y culturalmente a la sociedad occidental.
Desde la Guerra Fría, los gringos han sido exportadores de sus modos de vivir, entretenerse y trabajar, en los cuales han innovado a una velocidad a la que el resto del mundo no le ha quedado otra que asimilar como puede.
Muchas veces, no alcanzamos a traducir esas nuevas ideas y conceptos, así que terminamos importando la palabra directamente. Por ejemplo: internet es una palabra que se inventó en inglés y que no alcanzamos a traducir.
Esto pasa en el mundo profesional, con palabras como lead, product manager o marketing. Y también en la esfera de la cultura pop, con conceptos como cringe, hype o selfie.
Los argumentos de quienes reclaman contra el inglés son generalmente alguno de estos dos:
El primero, es que es absurdo usar palabras en inglés cuando hay conceptos que ya existen en español. En vez de decir freelance podemos decir autónomo. En vez de decir random, podemos decir aleatorio, fortuito o inesperado.
Con este argumento, no estoy de acuerdo. Primero, porque como vimos arriba, es normal que un idioma tome préstamos. Segundo, porque si una palabra se toma como préstamo aunque haya una traducción sustituta, es probablemente porque tiene matices de significado que la palabra original no transfiere.
(Además, te apuesto que esta gente no le anda diciendo balompié al fútbol, ni mercadotecnia al marketing.)
El segundo argumento en contra de usar anglicismos, es que debemos cuidar el español, porque si no, lo vamos a perder.
¿Tenemos que cuidar El Español?
La molestia de mucha gente contra el español, en realidad es una resistencia ante el imperialismo estadounidense. Los humanos tenemos un instinto natural de proteger nuestra cultura frente agentes externos, por lo que oponerse a nuevas palabras en otro idioma es una respuesta natural.
No obstante, a veces se lleva este argumento al extremo, diciendo que el español va a desaparecer si no lo cuidamos.
Idea con la cual no estoy de acuerdo, especialmente porque bajo ella se esconde una noción más problemática: la creencia de que hay una especie de español sagrado que hay que proteger.
Los idiomas no están escritos en piedra. No hay una biblia del español, que hay que proteger y respetar. Los idiomas están hechos por las palabras y usos que les den sus hablantes. Si la cultura cambia, el idioma cambiará como reflejo.
Pero espera… ¿La RAE, no hace justamente eso, definir el español correcto que debemos usar?
Más o menos. La RAE es un organismo que registra cómo se usa el español y en base a eso propone normas para usar el lenguaje. Cuando la RAE registra una nueva palabra, es porque ya la estamos usando hace mucho tiempo.
Recién el año pasado, la RAE incorporó palabras como big data, cookie, banner y bulldog.
Si nos quedamos esperando el visto bueno de la RAE para poder cambiar una palabra… el idioma no cambiaría nunca. Y si un idioma no cambia, significa que sus hablantes tampoco están evolucionando. Esto sí me parece preocupante y es lo que me hace pensar que intentar preservar el español no tiene mucho sentido.
Tratar de preservar un idioma es como decirle a un río que deje de fluir. El español no va a desaparecer. Pero sí va a evolucionar.
Cómo hablar bien
En una línea similar a lo anterior, hay gente que simplemente opina que usar anglicismos no es lo correcto.
Pero y si, como ya conversamos, la RAE no es la fuente sagrada de lo correcto. ¿Qué significa hablar correctamente?
En este caso, yo prefiero ser pragmático: hablar bien significa comunicarte efectivamente, lograr que tus ideas se entiendan, teniendo consciencia del contexto y de quién es tu interlocutor.
En algunos casos, esto implicará usar anglicismos. En otros – si estás hablando con un conserje de 60+ años con cara de conservador – significará intentar usar los menos posibles.
Hay una noción muy prevalente también, de que las personas pedantes y chamullentas abusan de los anglicismos. Puede que sí. Pero también pienso que, si no existieran los anglicismos, estas personas seguirían siendo así. Por lo que quejarse contra las palabras prestadas en este caso no tiene mucho sentido.
Es más: el hecho de que existan estas palabras debería alegrarte, porque hace más fácil reconocer a este tipo de personas.
Y si después de leer todo esto, te siguen molestando los anglicismos ¡no los uses! Quizá si eres suficientemente efectivo, logres que los demás se adapten a la palabra en español que tú quieras usar.
Pero molestarte porque un idioma cambie, sería como molestarte porque un árbol crezca. Es el ciclo de la vida.
Colofón
Hace tiempo que quería escribir sobre esto. La lingüística es un tema que me gusta mucho, pero de los que nunca alcanzo a meterme tanto como me gustaría.
Esta idea – sobre los anglicismos – iba a partir como un post breve en Linkedin, pero se me alargó más y más. Tenía muchas cosas que decir y no sabía cómo darles un hilo conductor. Además es un tema sobre el cual soy muy ignorante, entonces tuve que investigar (y lo más difícil: pensar) más de lo normal.
Este video de Linguriosa me ayudó harto, y te lo recomiendo también si te interesa el tema.
Se alargó tanto que son las 10:15 del domingo y todavía estoy escribiendo esto, jajaja.
En fin, aunque no estoy 100% seguro de lo que resultó, es un intento y espero te haya dado en qué pensar.
Si te gustó, me ayudas compartiéndolo y con el botón me gusta que está más abajito.
Hasta el próximo domingo.
– Francis
Como dicen en otro video de Doblao: "Lo importante es que le entiendan".
Como persona que lo usa bastante, el punto más relevante encuentro que es el que las traducciones de las palabras no se llevan el 100% del significado a transmitir. Un "que random" nunca va a pegar igual que "que aleatorio"
Imposible no acordarme de esta joya https://youtu.be/JMqcyl3b1Fo?si=Pp_HAfhyfFy4oLco